Cada 21 de enero, en Zacatelco se celebra la festividad en honor a Santa Inés, Virgen y Mártir, lo cual es un pilar fundamental de las tradiciones locales. Uno de los símbolos culinarios de esta región es su mole, reconocido por su base de chile meco y la posibilidad de incluir carne de puerco, guajolote o pollo. ¿Te has preguntado de dónde proviene esta emblemática receta?
Se atribuye la creación del mole, tal como lo conocemos actualmente, a Sor Andrea De La Asunción, una monja del convento de Santa Rosa en Puebla durante 1685. Esta monja, quien era responsable de la cocina, experimentaba fusionando ingredientes como chiles y chocolate para crear un platillo innovador. No obstante, el verdadero origen del mole se remonta a las culturas prehispánicas, donde los indígenas preparaban Molli, una mezcla de chiles, semillas de calabaza, hierba santa y jitomate, acompañada de carne de guajolote, pato o armadillo como ofrenda a sus deidades. La palabra Molli, de origen náhuatl, significa «salsa» o «guiso», de la cual se deriva el término «mole» para referirse a las salsas mexicanas con base de chiles y especias molidas.
El mole en Zacatelco es un tesoro culinario que refleja la rica herencia gastronómica de Tlaxcala. Sus sabores complejos y su arraigo en las tradiciones locales lo convierten en un plato emblemático que une a la comunidad y enorgullece la identidad cultural de la región. Saborear un buen mole en Zacatelco va más allá de simplemente disfrutar su sabor; es una celebración de la historia y la cultura mexicana en cada bocado.
Guillermo Luna Tecante – Cronista Municipal de Zacatelco